viernes, 14 de mayo de 2010

Robin Hood

TÍTULO ORIGINAL: Robin Hood

DIRECTOR: Ridley Scott

NACIONALIDAD: EEUU

AÑO: 2010

DURACIÓN: 140’


“Robin Hood roba la entrada a los espectadores para dárselo a los productores.” Podría rezar perfectamente un titular de periódico dado clamoroso éxito de taquilla en el que parece se va a convertir la última versión de Robin Hood, aunque ya me gustaría impedirlo.


Durante las Cruzadas en el siglo XIII, el rey Ricardo Corazón de León es muerto en batalla. Un grupo de arqueros suplanta la identidad de los caballeros portadores de la corona, asesinados en una emboscada, y vuelven a Inglaterra para entregarla al sucesor en el trono, el príncipe Juan. Entre los arqueros se encuentra nuestro Robin Hood, Robin Longstride (Russell Crowe) que se hará pasar por sir Robert Loxley, de vuelta a Nottingham fingirá ser el valiente caballero cruzado regresado de la guerra cara a la galería para que así Lady Marion (Cate Blanchett) pueda heredar las tierras a la muerte de su suegro, sir Walter Loxley (Max Von Sydow). Todo esto mientras el rey Juan estrangula a su pueblo con impuestos y los franceses amenazan con invadir… Robin tendrá que pasar a la acción de nuevo.


Ridley Scott vuelve a meterse en un proyecto de gigantescas proporciones como el que fue Gladiator y con su propio protagonista, Russell Crowe, también productor de esta. Robin Hood, a diferencia de Gladiator, una excelente película que obtuvo cinco Óscars, es tibia, aburrida e insulsa. No tiene alma, ni garra, ni pasión… ¡Ni personajes! Es apabullante la falta de caracterización y personalidad de éstos, la ausencia de arco de transformación y carisma. Si es que si no fuera por el título no se diría que Robin es el protagonista, es una película decapitada sin cabeza visible.


Otro timo como el de Alicia en el país de las maravillas de Burton, o Sherlock Holmes de Ritchie, que dicen basarse en obras clásicas o historias antiguas para contar su propia versión pervertida y manipulada, ya lo digo, si no fuese por los nombres, Robin Hood bien podría llamarse Henry Fellynor, y la película El justo, que claro, no habría tenido el tirón que tendrá, ni se podría considerar la precuela patraña de una de las leyendas más antiguas de Inglaterra. Parece que la crisis financiera galopa a la par de la crisis de ideas en las superproducciones.


Por lo menos Lady Marian y Robin Hood, Russell y Cate, pegan, los dos australianos, me gustan como pareja, aunque su historia es de lo más ñoña.


Todo y más que podría añadir viene a confirmar que cuando le sale algo bueno a Ridley Scott es de pura chiripa, que estaba mejor haciendo anuncios, y que si firmó obras maestras como Blade Runner fue de rebote y sin entender la trascendencia de lo que hacía.


Histórica, sí, pero de historia nada emocionante. Una crónica muy bien ambientada y nada sentida, que hace de Robin un pretexto para la película de aventura de época, ahogando a su director y todo su equipo en su propio ego. Definitivamente la flecha de Robin Hood no ha atravesado este corazón.


NOTA: 5

domingo, 2 de mayo de 2010

Welcome

TÍTULO ORIGINAL: Welcome

DIRECTOR: Philippe Lioret

NACIONALIDAD: Francia

AÑO: 2009

DURACIÓN: 110’


Da gusto este cine que sigue cultivando los sentimientos y emociones más sinceras. Los ejes que articulan al hombre de modo más profundo y auténtico, el amor y la muerte, los motivos sinceros, primarios que mueven el mundo, confeccionan esta película francesa de Philippe Lioret.


Aunque habitualmente se vincule el cine del país vecino a un estilo de arte y ensayo, denso, sin historia ni estructura y aburrido por descontado, la calidad de sus producciones va de bien en mejor. Welcome es un ejemplo reciente de cómo contar una historia con honradez, delicadeza y sensibilidad sobre el amor sin fronteras que hace atravesar al protagonista muchas entre Iraq e Inglaterra donde vive su novia.


Cuando Bilal (Firat Ayverdi), un joven kurdo de diecisiete años, llega a Calais, el último paso para alcanzar Londres donde vive Mina (Derya Ayverdi) y le pillan escondido en un camión para pasar en ferry, no se resigna. Empieza a entrenarse en una piscina para cruzar a nado el Canal de la Mancha, y Simon (Vicent Lindon), el dueño, le ayuda y acoge en su casa, poniéndose en peligro al estar prohibido dar asilo a ilegales, mientras intenta reconquistar a su exmujer. La película está rodada con sobriedad, sin excesos, y con la contención en lo sentimental que le aleja de melodramatismos. El actor Vicent Lindon encarna perfectamente todas estas virtudes de la cinta, hace una interpretación colosal por lo realista y moderado de un personaje que atraviesa una crisis personal importante. Además de lo puro del mensaje, el amor que supera todas las barreras, de la distancia, el idioma, el tiempo, la familia… Tanto por el chico kurdo como por el profesor, quienes establecen una relación filial, de padre a hijo.


Hecha con sutileza, conmueve y conforta al espectador por su humanidad. Aparte de la carga de crítica al sistema por la marginación racial, este drama francés es principalmente una historia de superación, de amor, de amistad y de esperanza que espolea a todos los que tenemos sueños.


NOTA: 9