viernes, 13 de febrero de 2009

Revolutionary Road

TÍTULO ORIGINAL: Revolutionary Road

DIRECTOR: Sam Mendes

NACIONALIDAD: EEUU

AÑO: 2008

DURACIÓN: 119'


Sólo alguien como Sam Mendes podía adaptar al cine la demoledora Revolutionary Road escrita por el crudo e incisivo Richard Yates, inexplicablemente olvidado por su generación. El realizador, de origen inglés, blande el bisturí que disecciona el cadáver del american life style, encontrando en su autopsia una profunda angustia, inmadurez, mediocridad y desesperación que pocos se han atrevido a descubrir. Clint Eastwood o el desaparecido Robert Altman han sido algunos, aunque no tan contundentes como Mendes, a la sazón director de otro rapapolvo al sueño americano: American Beauty.


Once años después, la pareja de Titanic se “desencuentra”: Leonardo DiCaprio y Kate Winslet se enfrentan en un duelo interpretativo como los dos monstruos de la escena que son, con victoria de DiCaprio, más natural y fluido frente al ligero histrionismo teatral de Winslet. En la ficción son Frank y April Wheeler, quienes detrás de una aparente perfección, se ahogan en sus propios anhelos de un idealismo infantiloide. Después de habérselas prometido muy felices en su noviazgo, se encuentran casados, con dos hijos y establecidos en la misma tradición que siempre habían rechazado. Acuciados por la vulgaridad de la que se ven rodeados en su entorno de Connecticut, toman la decisión de irse a vivir a París, un gesto de evasión alocada e insensata que acaba frustrado. Su relación se deteriora y April será presa de un gran desengaño, llevándola hasta la locura. La tensión de los personajes tiene su paroxismo en la última discusión que mantienen, en la que se palpa el calor y la ansiedad, para ir seguida de uno de los finales más estremecedores de la década.


En la tormentosa evolución de la pareja, tiene un papel importante John Givings (Michael Shannon), el demente hijo de su vecina Helen, el único capaz de cantar las verdades de una cultura hipócrita y narcotizada, salvaguardando la credibilidad del filme y actuando como catalizador de las situaciones. Un malestar social que transpiran todos los personajes, vecinos y amigos de deseos insatisfechos, adocenados en un mundo de apariencias y fachadas.


Un sangrante drama conducido con inclemencia y liderado por dos campeones de la actuación. Una radiografía amarga del inconformismo barato y las ensoñaciones utópicas en el tuétano de Estados Unidos, de tal aspereza que los Óscars le han dado injustamente la espalda.


NOTA: 8

No hay comentarios: