TÍTULO ORIGINAL: The Fall
DIRECTOR: Tarsem Singh
NACIONALIDAD: India
AÑO: 2006
DURACIÓN: 118’
El director indio Tarsem ha tardado seis años en volver a estrenar, en España con nada menos que dos años de retraso, después de haberse pasado cuatro rodando esta cinta imaginativa y fabulosa que fue ganadora en el festival de cine fantástico de Sitges del 2007, de igual carga imaginativa que su anterior trabajo La celda, aunque menos rara y tortuosa.
Alexandria (Catinca Untaru) es una vivaracha niña extranjera que está en un hospital de Los Ángeles por haberse roto el brazo. Un día encuentra a un joven enfermo que no se puede levantar de la cama. Pronto entabla amistad con Roy (Lee Pace) y le visita con frecuencia para que le siga contando el maravilloso cuento de los cinco vengadores unidos en su objetivo de acabar con el gobernador Odio.
La factura técnica y localizaciones del cuento son espectaculares, tan pronto se encuentran sus protagonistas en medio del desierto como en una suntuosa mansión en medio de un lago, ciudades colosales o jardines magníficos, el principal motivo por el que se ha tardado cuatro años en producir: el equipo se desplazó a más de una veintena de países de todas las latitudes para grabar en los sobrecogedores escenarios que tiene la historia de Roy. Los propios personajes participan en el las aventuras convertidos en princesas y guerreros, teatralizando las relaciones reales y desarrollándose al mismo ritmo que la “vida real” de la película. El carácter dual de la historia resulta muy interesante y revela mucho: descubrimos en un principio que el cuento se trata de una adulación de Roy para consumar sus planes, expresando el propio estado de ánimo de su narrador, Roy, el verdadero protagonista, quien padece un conflicto durísimo que se plasma en la leyenda contada, aunque no acaba de explicarse en la realidad, un pequeño defecto de la obra, así como, en ocasiones, la excesiva superficialidad del relato.
Después de un rato de indefinición en la narración fantástica, hay un punto de inflexión en el que se recrudece por los acontecimientos de la historia y entra en una falla muy proclive a derivar en un dramón afectado, haciendo temer lo peor, algo que por fortuna no ocurre. Tampoco se da la esperable conjunción de los mundos real y ficticio que daría tanto juego en la película, llegando a extremos en los que fantasía y realidad fueran inconfundibles, una verdadera pena.
Un fascinante y entrañable cuento para todos los públicos, con una realización impecable y buenas actuaciones, que cautiva los sentidos por la magia de sus parajes y su originalidad.
Alexandria (Catinca Untaru) es una vivaracha niña extranjera que está en un hospital de Los Ángeles por haberse roto el brazo. Un día encuentra a un joven enfermo que no se puede levantar de la cama. Pronto entabla amistad con Roy (Lee Pace) y le visita con frecuencia para que le siga contando el maravilloso cuento de los cinco vengadores unidos en su objetivo de acabar con el gobernador Odio.
La factura técnica y localizaciones del cuento son espectaculares, tan pronto se encuentran sus protagonistas en medio del desierto como en una suntuosa mansión en medio de un lago, ciudades colosales o jardines magníficos, el principal motivo por el que se ha tardado cuatro años en producir: el equipo se desplazó a más de una veintena de países de todas las latitudes para grabar en los sobrecogedores escenarios que tiene la historia de Roy. Los propios personajes participan en el las aventuras convertidos en princesas y guerreros, teatralizando las relaciones reales y desarrollándose al mismo ritmo que la “vida real” de la película. El carácter dual de la historia resulta muy interesante y revela mucho: descubrimos en un principio que el cuento se trata de una adulación de Roy para consumar sus planes, expresando el propio estado de ánimo de su narrador, Roy, el verdadero protagonista, quien padece un conflicto durísimo que se plasma en la leyenda contada, aunque no acaba de explicarse en la realidad, un pequeño defecto de la obra, así como, en ocasiones, la excesiva superficialidad del relato.
Después de un rato de indefinición en la narración fantástica, hay un punto de inflexión en el que se recrudece por los acontecimientos de la historia y entra en una falla muy proclive a derivar en un dramón afectado, haciendo temer lo peor, algo que por fortuna no ocurre. Tampoco se da la esperable conjunción de los mundos real y ficticio que daría tanto juego en la película, llegando a extremos en los que fantasía y realidad fueran inconfundibles, una verdadera pena.
Un fascinante y entrañable cuento para todos los públicos, con una realización impecable y buenas actuaciones, que cautiva los sentidos por la magia de sus parajes y su originalidad.
NOTA: 8
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