domingo, 30 de noviembre de 2008

Crepúsculo


TÍTULO ORIGINAL: Twilight
DIRECTORA: Catherine Hardwicke
NACIONALIDAD: EEUU
AÑO: 2008
DURACIÓN: 122’

Una vez le oí a un crítico en lo que consiste el argumento del noventa por ciento de las películas: chico conoce chica, chico gusta chica, se quieren, pero… Pero sus familias no se soportan; pero él es musulmán y ella cristiana; pero ella tiene una enfermedad terminal… Son las contrariedades, emociones y conflictos que suponen un “pero” el motor de la historia, el alma de una trama que sin el “pero” harían de la película un aburrimiento de lo más breve. Esta vez son humana y vampiro, condenados a amarse pero impedidos por su diferente condición. Pero no hay motivo de angustia alguna, pues todos sabemos que siempre acaba triunfando el amor, por imposible que parezca…

Bella Swan (Kristen Stewart) se muda de la calurosa Phoenix al gélido pueblo de Forks donde su padre es jefe de policía. Al principio echa mucho de menos su anterior hogar junto a su madre, pero pronto se siente fascinada por unos extraños compañeros de instituto que son diferentes a todos los demás. Especialmente se siente atraída por Edward Cullen (Robert Pattinson), quien, sin embargo, se trata de un vampiro: inmortal, capaz de leer el pensamiento (excepto el de Bella) extraordinariamente rápido y fuerte, y “vegetariano”, que sólo bebe sangre de animales. Pronto se enamoran y todo resulta maravilloso hasta que empiezan a meter los colmillos otros vampiros…

La película es la adaptación de la exitosa novela homónima de Stephenie Meyer para adolescentes y preadolescentes, y aunque no la haya leído, sé por testimonios fidedignos que la versión es fiel a los acontecimientos y espíritu del libro. Los hechos aparecen inevitablemente más acelerados y comprimidos, y eso que son realmente pocos. Abunda principalmente la presentación de personajes y circunstancias familiares y personales, de un claro paralelismo con un episodio piloto de serie televisiva, alargado y absolutamente abierto a su continuación en forma de saga folletinesca.

La dirección corre a cargo de la directora Catherine Hardwicke, quien ha optado en sus películas por temas difíciles y comprometidos (Thirteen, Natividad) y que con Crepúsculo se ha convertido en la directora más rentable de la historia en el fin de semana del estreno. La realización es excelente, de la que me quedo con el estilo del mundo vampírico, de una elegancia y sofisticación exquisitas.

Lo que a primera vista pareciera una de aventuras y fantasía del subgénero de vampiros, resulta más romántica que otra cosa y casi un preludio a lo que serán al menos tres secuelas (las que tiene la novela) que no decepcionará a sus fanáticas y fanáticos núbiles seguidores de la obra original.

NOTA: 6'5


domingo, 23 de noviembre de 2008

Quantum of Solace


TÍTULO ORIGINAL: Quantum of Solace
DIRECTOR: Marc Forster
NACIONALIDAD: EEUU
AÑO: 2008
DURACIÓN: 106’

Quantum of Solace, Pocum of Bond. Y ya van veintidós entregas de una saga que explora y experimenta con el yo y las circunstancias del agente 007, con apuestas que no siempre van a ser del agrado de sus seguidores más integristas entre los cuales me cuento.

Se trata de una secuela de la anterior: Casino Royale, por primera vez en los cuarenta y seis años de su historia cinematográfica, también la más breve, rápida y simple. La amenaza internacional y los planes megalomaníacos de los malos, un denominador común de las películas de Bond, en esta aparece en un “secundarísimo” segundo plano, relegado por la venganza personal del espía al servicio secreto de sí mismo. Han comparado la etapa de Daniel Craig con la trilogía de Jason Bourne, toda una paradoja, pues Bourne se inspira en Bond y si ahora Bond se inspira en Bourne, la esencia de Bond se difumina por momentos. Parece que tengan amnesia de esos elementos que han hecho al agente inglés lo que es: los inventos de Q y el propio Q (encarnado tradicionalmente por Desmond Llewelyn y del que John Cleese era un más que digno heredero), la música, el protagonismo del coche, los affaires con las chicas-Bond… ¡si hasta es americana cuando siempre ha sido una producción inglesa! Tanto el director Marc Forster como el actor protagonista Daniel Craig han dicho que no quieren hacer imitaciones, y a fe que lo consiguen. Por lo menos conserva la actitud chulesca y cínica de James, con unos diálogos impagables que son verdaderas perlas.

Así, se convierte en una sofisticada cinta de acción y desfile de modelos por partes iguales, con secuencias trepidantes de un ritmo y una complejidad muy notorias, como la de la persecución por las calles de Sienna o la del avión sobrevolando el desierto de Bolivia. Y como “las comparaciones son odiosas”, dejando a un lado las diferencias y el legado que tiene que soportar la película, se hace amena y entretenida como producto de intriga y acción, de personajes extravagantes y chicas de porcelana (estupenda caracterización de la ucraniana Olga Kurylenko como sudamericana), y alguna escena para la posteridad como la de la ópera de Tosca.

Parece que la historia de James Bond se empieza a poner seria y oscura además de continuista, amenazando con convertirse en un culebrón en varios capítulos. Se ha perdido el tono ligero y despreocupado de antaño, una pérdida que un nostálgico de Roger Moore lamenta y teme que no se va a volver a recuperar.

NOTA: 6


domingo, 9 de noviembre de 2008

El sueño de Alexandria


TÍTULO ORIGINAL: The Fall
DIRECTOR: Tarsem Singh
NACIONALIDAD: India
AÑO: 2006
DURACIÓN: 118’

El director indio Tarsem ha tardado seis años en volver a estrenar, en España con nada menos que dos años de retraso, después de haberse pasado cuatro rodando esta cinta imaginativa y fabulosa que fue ganadora en el festival de cine fantástico de Sitges del 2007, de igual carga imaginativa que su anterior trabajo La celda, aunque menos rara y tortuosa.

Alexandria (Catinca Untaru) es una vivaracha niña extranjera que está en un hospital de Los Ángeles por haberse roto el brazo. Un día encuentra a un joven enfermo que no se puede levantar de la cama. Pronto entabla amistad con Roy (Lee Pace) y le visita con frecuencia para que le siga contando el maravilloso cuento de los cinco vengadores unidos en su objetivo de acabar con el gobernador Odio.

La factura técnica y localizaciones del cuento son espectaculares, tan pronto se encuentran sus protagonistas en medio del desierto como en una suntuosa mansión en medio de un lago, ciudades colosales o jardines magníficos, el principal motivo por el que se ha tardado cuatro años en producir: el equipo se desplazó a más de una veintena de países de todas las latitudes para grabar en los sobrecogedores escenarios que tiene la historia de Roy. Los propios personajes participan en el las aventuras convertidos en princesas y guerreros, teatralizando las relaciones reales y desarrollándose al mismo ritmo que la “vida real” de la película. El carácter dual de la historia resulta muy interesante y revela mucho: descubrimos en un principio que el cuento se trata de una adulación de Roy para consumar sus planes, expresando el propio estado de ánimo de su narrador, Roy, el verdadero protagonista, quien padece un conflicto durísimo que se plasma en la leyenda contada, aunque no acaba de explicarse en la realidad, un pequeño defecto de la obra, así como, en ocasiones, la excesiva superficialidad del relato.

Después de un rato de indefinición en la narración fantástica, hay un punto de inflexión en el que se recrudece por los acontecimientos de la historia y entra en una falla muy proclive a derivar en un dramón afectado, haciendo temer lo peor, algo que por fortuna no ocurre. Tampoco se da la esperable conjunción de los mundos real y ficticio que daría tanto juego en la película, llegando a extremos en los que fantasía y realidad fueran inconfundibles, una verdadera pena.

Un fascinante y entrañable cuento para todos los públicos, con una realización impecable y buenas actuaciones, que cautiva los sentidos por la magia de sus parajes y su originalidad.

NOTA: 8