DIRECTOR: Roman Polanski
NACIONALIDAD: Alemania
AÑO: 2010
DURACIÓN: 120’
El escritor fantasma o El negro debería titularse la película en español si la traducción fuera literal, pero por ser políticamente correctos se ha quedado en El escritor. Una intriga bien hecha que atrapa al espectador, más por la curiosidad que por la trascendencia de su trama, y que no se amilana con los temas de estado y política antiterrorista muy de actualidad y de gran controversia que vertebran la acción de la cinta.
La historia (basada en la novela de Robert Harris) trata de un escritor (Ewan McGregor y del que no se pronuncia el nombre) que es contratado para terminar de las memorias de un ex-primer ministro británico, Adam Lang, interpretado por Pierce Brosnan tras la extraña muerte de su predecesor. Para ello se traslada a una isla en los Estados Unidos donde vive su retiro junto a su mujer y un pequeño séquito. A medida que avance su trabajo ¿qué irá descubriendo? Pues lo típico, que no todo es lo que parece, y que hay un pastel por destapar relacionado con la gestión del terrorismo durante el mandato de Lang, con su mujer y con la CIA también.
El personaje de Brosnan aparece como un Casanova en sus años mozos y un frívolo temperamental en la madurez. Se podría sacar la comparación con Tony Blair, ex-primer ministro británico, que estuvo implicado en la Guerra de Iraq, por las referencias que aparecen en la película. Desde luego que si esa es la inspiración del papel, no sale nada bien parado al criticarse sus decisiones y ser vapuleado hasta el extremo. Pero al margen de elucubraciones, la película funciona muy bien como thriller medio político, con unos puntos de humor muy agudos al estilo british. Un argumento que, si bien puede ser un poco lineal, es efectivo porque consigue lo que se propone, sin pretensiones, no aspira a revelar las grandes conspiraciones de nuestro tiempo.
Su director, ni más ni menos que el gran Roman Polanski, fue galardonado con el Oso de Plata al mejor director en la Berlinale, festival de cine de Berlín, premio que no pudo recoger por encontrarse retenido por la policía en Suiza. De hecho casi no pudo ni acabar la película, los retoques finales tuvo que orquestarlos desde Zurich, para culminar una coproducción que cuenta con la participación de Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido.
Película entretenida, altamente recomendable, honesta, sin delirios de grandeza, con la mordacidad, ingenio y suspense bien altos.
NOTA: 7.5
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