viernes, 12 de febrero de 2010

The Lovely Bones

TÍTULO ORIGINAL: The lovely bones

DIRECTOR: Peter Jackson

NACIONALIDAD: Nueva Zelanda

AÑO: 2009

DURACIÓN: 120’


The Lovely Bones es un dramón. Hasta ahí bien. Pero es que es muy sorprendente que Peter Jackson, el que hace una década dirigía la épica El señor de los anillos y hace dos era el rey del gore, se haya pasado a un cine de klínex tan sensiblero. De vuelta a su Nueva Zelanda natal, adapta la novela de Alice Sebold sobre la desaparición de una chica de en los años setenta, violada y asesinada por un vecino psicópata.


Susie Salmon (Saoirse Ronan, la niña de Expiación) tiene catorce años, una familia estupenda, sus padres son Mark Wahlberg y Rachel Weisz, su abuela Susan Sarandon y va a tener una cita con el chico que le gusta. No se puede pedir más. Pero la cosa se troncha cuando el vecino de enfrente le “invita” a ver un refugio que ha construido para que jueguen los chicos del barrio. El vecino es Stanley Tucci en una interpretación soberbia como hace con todos sus trabajos, una obra de artesanía y mimetismo casi tan obsesiva como el papel que le toca representar. Tras su muerte, la pequeña Susie seguirá presente en la vida de sus seres queridos, acompañándolos en los momentos más especiales y en sus pesquisas por averiguar qué fue lo que pasó.


A pesar del detenimiento que tiene en las escenas familiares y en la presentación de personajes, que se puede hacer un poquito lentita, se agradece la mera insinuación de las partes escabrosas, que podían haber sido muy explícitas, más aún conociendo al (ex)gordo Peter. La lástima es que, a pesar de que la historia es emocionalmente densa y muy humana, la estropean las escenas del limbo en el que se queda flotando Susie. Escenas dignas de anuncio de compresas en plan Ausonia o Evax con eslóganes del tipo “me siento bien” o “porque soy mujer” mientras aparece un mundo de colorines y fantasía que bien podría ser proyectado en 3D con el título de “El maravilloso mundo de los sueños” o algo parecido. Rompe muchísimo y resta verosimilitud a lo que es el dolor y los sentimientos de los “vivos”. Al final resulta que los momentos más interesantes e intrigantes son en los que se ve urdir al asesino sus planes, más que lo que tiene que ver con la familia, más rosita y empalagoso.


Un melodrama con tintes escatológicos, excesivamente ñoño y lacrimógeno, en el que brilla con especial intensidad Stanley Tucci, primus inter pares en un reparto de impresión. Está nominado a mejor actor secundario en los Óscars y no me extrañaría nada que se lo dieran, aunque acabo de ver que compite con Christoph Waltz, el coronel Landa de Malditos Bastardos ¡Eso son palabras mayores!


NOTA: 6



jueves, 11 de febrero de 2010

An education

TÍTULO ORIGINAL: An education

DIRECTORA: Lone Scherfig

NACIONALIDAD: Reino Unido

AÑO: 2009

DURACIÓN: 95’


Ahora la directora danesa Lone Scherfig se da a un cine más convencional para contar una historia pro-feminista, sobre el dilema de la mujer entre estudiar en la universidad y el matrimonio temprano. Se aleja de películas suyas como Italiano para principiantes (de austero estilo Dogma 95) en la forma aunque no tanto en el contenido. Tan canónica resulta que ha sido nominada a mejor película, actriz y guión adaptado en los Óscars®.


Jenny (Carey Mulligan) es una destacada estudiante de dieciséis años en el Londres de los años sesenta, apasionada con las lenguas clásicas, la música y el arte. Un día, a la vuelta de un ensayo de violonchelo, conoce a David (Peter Sarsgaard) mucho mayor que ella, rico y culto, quien empieza a cortejarla. David le abre un mundo de posibilidades de vida y diversión frente a la gris perspectiva de seguir sus estudios superiores yendo a Oxford. Pronto Jenny tendrá que decidirse entre la carrera o seguir a David en sus correrías.


Ante tal disyuntiva, se dan tres posturas: la de los padres, la de David y la de la profesora de latín de Jenny. Los padres (un divertido Alfred Molina y Olivia Williams) al principio se muestran reacios a la relación de su hija, pero los encantos de David rápidamente los seducen, y por muy complacidos que estén con él, no deja de extrañar la pasividad que muestran en muchas ocasiones… en cualquier caso son como el perro que guarda la casa, basta un jugoso filete para neutralizarlos. David representa el mundo adulto, libre e independiente. Intenta epatar a la joven para que se quede con él por mucho que ello suponga aceptar condiciones que no le gusten de su nuevo novio… La profesora actúa de voz de la conciencia que le instiga a continuar sus formación y no desperdiciar su talento, pero, ¿cómo hacerle caso cuando sus propios años en Cambridge sólo han servido para acabar de profesora de bachillerato?


La ambientación es magnífica, años sesenta total, y más aún en Londres, muy reconocible por las series y películas de esos años. Los ambientes bohemios que frecuentan la pareja y sus amigos también están muy conseguidos, como de simbólico tiene el viaje a París que hacen, no en vano se trataba de la capital de la cultura y la vanguardia.


Sin embargo, el drama queda en poca cosa, blandito y algo naife, agradable de ver, con tufillo a cine de tesis. Un problema que ya está más que superado, de hecho hay más mujeres que hombres en la universidad, pero que no por ello deja de conmover sin hacer sangre.


NOTA: 7