domingo, 21 de diciembre de 2008

My Blueberry Nights

TÍTULO ORIGINAL: My Blueberry Nights
DIRECTOR: Wong Kar-Wai
NACIONALIDAD: Hong-Kong
AÑO: 2007
DURACIÓN: 90’

Wong Kar-Wai, el realizador de Shangai, se reinventa a sí mismo en su primer largometraje localizado en Estados Unidos: My Blueberry Nights. Un maduro drama de una magia e imaginería desbordantes, con reminiscencias de la película que le dio fama internacional: Chungking Express, por la que algunos le acusan de auto-plagio, lo que un genio como Alfred Hitchcock consideraba una cuestión de estilo…

En el local donde supo por última vez de su novio, Elizabeth (Nora Jones) entabla una especial amistad con el camarero (Jude Law) y a partir de entonces comienza un viaje iniciático por América en busca de su identidad acompasado por una estupenda banda sonora. Por el camino ejerce de camarera y se cruza con un alcohólico y su ex-mujer (soberbia Rachel Weisz), y una desarraigada ludópata (Natalie Portman). El trayecto es para Elizabeth todo un descubrimiento interior y exterior, tanto introspectivo como expansivo hacia la personas que va conociendo. Aprende a quererse a sí misma y a olvidar su desengaño amoroso, a la vez que sale de sí y se dedica a ayudar a las personas que le salen al paso. Es una oda al levantamiento tras la caída oxigenada por una armoniosa esperanza, pues ningún fracaso es definitivo y una nueva vida siempre es posible.

Los detalles llenos de color y sensibilidad completan la cinta, como un tarro de llaves olvidadas en un bar, las postales sin remitente que dirige Elizabeth a Jude Law, o la cámara que graba todo lo que pasa en el bar… Acumula sinestesias visuales que mezclan los sentidos de la vista y el gusto, hay ralentizados que dan un carácter insólito a lo cotidiano, y demás efectos y técnicas que configuran una factura audiovisual fantástica.

Solo me queda quejarme del vergonzoso retraso que ha sufrido el estreno en España, de casi dos años, por otra parte inexplicable dado el reparto norteamericano, aparentemente más comercial.

Buen cine de autor por uno de los directores más personales y originales de la perspectiva cinematográfica actual. Una odisea esperanzadora y romántica por la América profunda y por el alma de sus protagonistas.

NOTA: 8.5